Patrick Le Tréhondat
Tras numerosas iniciativas tomadas en el marco de los “16 días contra la violencia contra las mujeres”, el grupo feminista Bilkis presentó el pasado 23 de diciembre su nuevo zine Activistka. Entre las movilizaciones de las últimas semanas de este grupo se encontraba la campaña contra la marca de alcohol sexista Drunk Cherry que provocó el acoso de Bilkis por parte de los fascistas de la ciudad y el concejal Scholtis ( Ver https://www.antikapitalistak.org/ucrania-el-grupo-feminista-de-lviv-bilkis-acosado-por-fascistas/ y https://www.antikapitalistak.org/ucrania-solidaridad-con-la-asociacion-feminista-bilkis/ ndt). Luego una pegada de carteles en las paredes de la ciudad para el consentimiento sexual y finalmente una distribución de folletos frente a la Ópera de Lviv contra la violencia contra las mujeres.
El zine Activistka se ha impreso en 50 ejemplares por razones financieras, pero está ampliamente difundido en las redes sociales en su formato pdf. “Este zine está dedicado a las mujeres y las personas queer que se involucran en el activismo sobre el terreno, que ayudan en la ayuda humanitaria, que defienden a nuestro país en el frente o en la retaguardia, que organizan eventos culturales y educativos, o que simplemente continúan trabajando y cuidándose a sí mismas a pesar de la guerra”, explican sus editoras que agregan “llamamos la atención sobre el hecho de que las mujeres y las personas homosexuales luchan simultáneamente en dos frentes: en primer lugar, contra el sistema patriarcal y capitalista, y en segundo lugar contra Rusia, un Estado terrorista y las consecuencias de su agresión”.
En el sumario de Activistka, una larga entrevista con activistas feministas sobre sus vidas, su experiencia en la guerra y sus compromisos. Nata de Kiyiv explica que “en 2017, me indignó que el 8 de marzo en toda la Universidad de Kiyv. solo se dedicaran a concursos de belleza… Luego comencé a hacer zines sobre mujeres y personas transgénero en situación de trabajo precario, a involucrarme en la cocina solidaria, a cartearme con el prisionero del Kremlin Zhenya Karakashev [militante anarquista ruso encarcelado]”. Para Marina Gaaba “durante la Revolución de la Dignidad, entendí que tenía que quedarme en mi ciudad y no ir al Maidan en Kiyv. El Maidan de mi ciudad estaba dirigido por hombres, y ese ambiente era difícil para mí. Sin embargo, había una comunicación activa en las redes sociales, encontré amigas allí, formamos una asociación temporal, la “Centuria de hermanas” y organizamos una pequeña marcha de mujeres”. Lisa es una militar. “Hay demasiados prejuicios, sexismo y negligencia en el ejército. Pero no digo que no debamos cumplir nuestras aspiraciones de defender el país en la esfera militar, se trata más bien del hecho de que las mujeres soldados tienen un camino difícil de recorrer, y que deben ser un poco más fuertes y conscientes que los soldados masculinos… Una minoría fuerte es capaz de resistir la presión de la mayoría y ese es nuestro papel en esta guerra. Unámonos y rompamos esa roca”. Para Katia del Taller Feminista “la mayor dificultad es que cuando eres activista eres una espina en los pies de todas las demás personas. Cuando dices que eres feminista, inmediatamente te piden “pruebas”: cómo te discriminan, quién te ha golpeado, si has sido víctima de una violación, quién te ha insultado… Soy una de esas personas que necesitan ver los resultados tangibles de su trabajo, de lo contrario me habría agotado hace mucho tiempo. Pero tengo suerte: el mundo en el que quiero vivir y dejar atrás se está construyendo ante mis ojos”.