La Aurora (organización marxista)
¡Viva Ucrania libre! ¡Fuera las tropas rusas! Por una Europa unida de los trabajadores y pueblos, desde el Atlántico a los Urales
Las tropas rusas invadieron Ucrania el 24 de febrero. Desde entonces, Rusia ha mostrado su absoluto desprecio por la población inocente, bombardeando escuelas, hospitales, barrios trabajadores, plantas nucleares o químicas, sometiendo a un feudal asedio la ciudad de Mariupol y liquidando población civil como se muestra en las poblaciones cercanas a Kiev, abandonadas por las tropas rusas. Esta es una guerra imperialista clásica en la que Rusia quiere el control de las riquezas del territorio: agricultura, tierras raras, control del gas… Todas las excusas sobre la “nazificación” de Ucrania, o sobre el pretendido papel “liberador” de esta guerra (que ni siquiera Putin menciona por su nombre), han quedado desmentidas por los hechos, especialmente por el levantamiento y resistencia del pueblo ucraniano, que muestra las mentiras del régimen ruso.
¿Deberíamos mantener una neutralidad entre ambos bandos? Estamos por la disolución de la OTAN. Rusia estaba cada vez más rodeada y amenazada económicamente por la UE y la OTAN, pero en concreto no estaba militarmente amenazada. No somos neutrales: en esta guerra imperialista estamos sin reservas al lado de Ucrania contra Rusia pues no existe sólo un imperialismo en Europa y el mundo. La idea de Putin de que Ucrania no es un país, sino que forma parte de Rusia, es una nueva versión del imperialismo zarista, la negación del derecho a existir de naciones independientes, como antes ya hizo con Chechenia o Georgia. No en vano Putin ataca a Lenin y su política de autodeterminación nacional. Y ahora los ideólogos al servicio de Putin empiezan a teorizar la necesidad de “desucranizar” Ucrania y a justificar la liquidación de millones de ciudadanos por su supuesto apoyo a un régimen “nazi”.
¿Esto significa que estamos también por el envío de armas al ejército y voluntarios de Ucrania? Sí; en medio de una guerra la parte oprimida y agredida tiene todo el derecho y deber de defenderse. Apoyamos que Ucrania busque y obtenga las armas necesarias no importa dónde para frenar el ejército ruso. Como apoyamos las valientes protestas rusas por la paz.
¿Ayudar a Ucrania no significa reforzar el polo imperialista occidental bajo la égida de Estados Unidos? No, debilitar el régimen de Putin por medio de la autodefensa de Ucrania, del aumento de la oposición a la guerra en Rusia, de las manifestaciones y acciones europeas contra la guerra y por la retirada de tropas rusas, y de sanciones selectivas contra oligarcas rusos, no reforzaría el imperialismo occidental sino la acción independiente de los pueblos respecto a los actuales gobiernos imperialistas.
¿Apoyar Ucrania significa también dar apoyo al gobierno de Zelenski? Apoyamos al gobierno Zelenski en todo lo que significa su lucha y resistencia contra la invasión rusa y su defensa por la independencia y soberanía de Ucrania. No estamos de acuerdo en sus medidas neoliberales contra los propios trabajadores ucranianos ni en el apoyo que tiene de los oligarcas y su corrupción, ni en congeniar con el nacionalnazismo ucraniano. Estamos con los trabajadores y el pueblo ucraniano.
¿Esto significa que estamos a favor de un rearme de la OTAN frente a Rusia y de un aumento de los presupuestos militares en la Unión Europea? No, en absoluto. El motivo de fondo de la guerra de Putin es dominar una zona de influencia europea, tal como Estados Unidos hace con América, como “su patio trasero”, o en Irak. Pero reforzar la OTAN, instrumento militar bajo el mando de Estados Unidos, es un preparativo para una nueva guerra imperialista de carácter más amplio en Europa. La guerra es “la política por otros medios” y lo que surge de la pandemia, agotamiento de minerales y combustibles fósiles y cambio climático, es una aceleración de la competencia interimperialista. Es el mismo militarismo depredador de Putin quien está echando a parte de la izquierda y de la opinión pública a confiar en la OTAN, con el temor por la paz y la seguridad, aderezado por el militarismo estadounidense y europeo.
¿Debilitar al imperialismo ruso y que no salgan fortalecidos la OTAN, la UE y Estados Unidos, no refuerza el imperialismo chino? China ya lleva reforzando su papel en la economía mundial, particularmente en América, África, acaparando tierras, fuentes energéticas y de materiales, y alianzas dependientes. Esta guerra en territorio europeo le sitúa en mejor posición en vista de que puede debilitar a ambos imperialismos y hacer más dependiente a Rusia. China “mira y espera” para salir reforzada como potencia dominante.
¿Qué papel juega la guerra en la subida de los combustibles, la electricidad, los precios? La guerra precipita las consecuencias de la crisis económica que la globalización no resuelve. La guerra ha trastocado las expectativas y planes económicos de la postpandemia. Los problemas que arrastraban las economías capitalistas: agotamiento de las energías fósiles, estancamiento, inflación, límite de minerales y materias, cambio climático… se multiplican con la guerra real y la económica. Mientras todo se encarece, empezando por la electricidad, el gas, gasoil, la alimentación, la vivienda… el gobierno español, como otros gobiernos europeos, nos meten en una escala armamentista para rearmar la OTAN y depender más de la energía USA. La guerra la paga el pueblo, pero llena los bolsillos de los más ricos, especialmente bancos, energéticas, farmacéuticas, armamentísticas. No tocar el bolsillo a los ricos, como hacen el gobierno Sánchez o los autonómicos, significa la guerra contra los más pobres. Las huelgas que empiezan ahora son el preludio del endurecimiento de la lucha de clases que viene. Si el gobierno no gira hacia la izquierda, le abrirá el camino a la derecha populista y xenófoba. Lo que necesitamos es la escala móvil de salarios y pensiones; fuertes impuestos al oligopolio de eléctricas, gas, petróleo; nacionalización de la energía de pantanos; vivienda, pan, salud, educación, energía para todos. Iniciar la transición hacia energías sostenibles y locales, comercio local, sin más dilación. Y una renta básica universal a costa del 20% más rico.
¿Qué hacer ante el mayor éxodo de la historia reciente europea? El éxodo de cuatro millones de personas de Ucrania que huyen de la guerra, sobre todo mujeres y niños, es un drama como no se veía después de la segunda guerra mundial. Es un deber humanitario y de ayuda a la resistencia acoger y ofrecer toda la ayuda posible a estas familias y personas ucranianas. Debemos abrir las puertas en toda Europa y exigir una regularización inmediata, sin apenas burocracia. Y aprovechar para exigir el mismo trato hacia todas las demás personas refugiadas que, por guerras, cambio climático o saqueo colonial de supesca y riquezas, llegan a nuestro continente.
¿Qué seguridad y futuro podemos tener? Esta guerra europea inaugura un nuevo periodo. El de la globalización capitalista muestra ya sus límites. Los imperios ruso, americano, europeos y chino se preparan para una feroz competencia, que pueden llevar a la extensión de la guerra. En Europa se juega ahora, de nuevo, si salen debilitados los imperialistas o la clase obrera y el pueblo. La permanencia del bloque militar de la OTAN no sólo no es ninguna garantía de paz, ni de seguridad, ni de libertades, sino que es preparación de más guerras contra cada pueblo y entre pueblos para salvar al capitalismo decadente que nos arrastra hacia un horrible caos económico, social y climático. Tenemos que iniciar el tránsito cuanto antes hacia otro sistema más justo socialmente, libre, comunal, de respeto a la autodeterminación de los pueblos y a la soberanía ciudadana eigualitario, un ecosocialismo democrático y feminista.
¿La única unidad posible en Europa es aislando Rusia de ella? Estamos en contra de la rusofóbia que destila odio y división de Europa. Las prohibiciones de artistas y atletas rusos es una nueva muestra de inhumanidad e incultura que impregna el capitalismo y sus mitos de fabricar “pueblos buenos y pueblos malos”. La unidad de Europa no vendrá de la OTAN ni de la Unión Europea de los monopolios, incapaz de tener una Constitución democrática, sino de la lucha unida de los pueblos contra Putin y contra la OTAN y contra unos Estados que han pactado la UE en función de las grandes multinacionales y Bancos, pero a espaldas de la voluntad soberana popular. Es imprescindible ahora presionar nuestros gobiernos con manifestaciones y acciones por la paz, necesitamos construir una perspectiva concreta, independiente de la UE: una Europa de pueblos libres, Unida desde el Atlántico a los Urales, sin capitalismo depredador y sin guerras armamentistas o comerciales. Paz entre pueblos y guerra contra los explotadores.
Las diversas izquierdas y movimientos que quieren luchar por la paz y contra la guerra debemos encontrar la manera de defender Ucrania de las bombas y defender la economía y la vida de las clases trabajadoras. ¡Hagámonos fuertes en la acción unida! Defendemos el compromiso e implicación sindicalista para rehacer lazos entre las clases trabajadoras de Ucrania y de toda Europa incluida Rusia! Preparemos una gran acción europea contra la guerra de Putin, contra el rearme, por una Europa unida de los trabajadores y los pueblos.
¡No a la guerra: el 24 de abril, manifestaciones en toda Europa!