Debemos luchar por el futuro de la educación ucraniana

Author

Commons Direct Action

Date
September 12, 2023

Con motivo del Día del Conocimiento, Commons habló con activistas del sindicato estudiantil Pryama Diya(Acción directa) sobre el derecho a la educación en un país en guerra. Explican por qué decidieron relanzar el sindicato, cuáles son los obstáculos para la protección de los derechos de las y los estudiantes y comparten sus proyectos y sueños para el futuro de la educación ucraniana después de la guerra.

Redacción de Commons: La historia del sindicato se remonta a casi 30 años. Muchas personas entre editoras y autoras de nuestra revista también se unieron a Acción Directa cuando eran estudiantes. Pero a mediados de la década de 2010, el sindicato prácticamente desapareció. ¿Podrías decirnos cómo surgió la idea de revivirlo?

Acción directa: El renacimiento del sindicato comenzó con una ola de descontento con la próxima reforma. En 2021, el Ministerio de Educación y Ciencia de Ucrania lanzó una nueva reforma para optimizar las instituciones de la educación superior: las universidades “no rentables para el Estado” debían integrarse en universidades de mayor rendimiento. Esto significó la pérdida de la base material de estas instituciones educativas, los despidos masivos de profesores y la supresión de las plazas financiadas por el Estado para los estudiantes. De las 150 universidades estatales más grandes debían permanecer un máximo de 80.

La reforma indignó a las comunidades estudiantil y docente, lo que dio lugar a protestas en diferentes ciudades de Ucrania. La acción más significativa e importante tuvo lugar el 2 de diciembre de 2021, cuando las y los estudiantes y todos los implicados se opusieron a la fusión de la Universidad Nacional de Construcción y Arquitectura de Kharkiv con la Universidad Nacional de Petróleo y Gas de Beketov. Los futuros activistas de Acción Directa también participaron en la preparación de la manifestación. La falta de un sindicato poderoso y experiencia en la organización fue un obstáculo importante en ese momento, ya que los estudiantes no tenían en cuenta la universalidad de su problema, no tenían experiencia en la lucha regular por sus derechos y solo se fijaban objetivos vagos. Las organizaciones afiliadas a la administración no querían participar en las actividades de protesta, y las asociaciones estudiantiles independientes permanecieron en silencio o apoyaron los mantras neoliberales sobre la necesidad de privatizar la educación y toda la esfera social en Ucrania.

Los problemas legales, económicos y educativos se acumulaban de forma exponencial. Sólo la izquierda tenía una visión crítica y una comprensión de una alternativa válida, pero no había una organización juvenil de izquierda en Ucrania en ese momento. Sabíamos que el sindicato Acción Directa había existido y hablamos con sus antiguos miembros, que siguen siendo grandes activistas. Los éxitos y esfuerzos de nuestros predecesores nos inspiraron y soñamos con una nueva etapa para el movimiento estudiantil.

Unos meses después de las protestas de otoño comenzó la invasión a gran escala. El número de retos que tenemos que afrontar ha aumentado drásticamente. Desde entonces, hemos participado activamente en iniciativas de voluntariado, ayudando a las y los estudiantes a nivel local y uniéndonos a acciones estudiantiles cercanas a  nosotros.

El sistema educativo, erosionado por años de irresponsabilidad del Estado, comenzó a retorcerse de dolor. Se ha vuelto casi imposible mantener un nivel necesario de aprendizaje, ya que los estudiantes estaban en peligro todos los días y, en algunas partes de Ucrania, directamente amenazados de muerte. Evacuación, destrucción de viviendas, desalojo de las residencias universitarias, pérdida de contacto con los padres y madres, pérdida de empleo y ausencia general de vida estable... En estas circunstancias extremadamente difíciles, las y los estudiantes también se encontraron con la total incomprensión de las administraciones universitarias. El nivel de abuso ha aumentado significativamente. Muchos de nosotros hemos sentido estos problemas de forma aguda.

Finalmente, analizamos las nuevas condiciones, nos pusimos las pilas y nos dimos cuenta de que no tenía sentido esperar más. En febrero de 2023, nosotros, un grupo de 3-5 activistas de izquierda, hicimos una convocatoria abierta a las y los estudiantes que desearan unirse al sindicato Acción Directa. El resultado fue inesperado, ya que nuestra organización comenzó a crecer rápidamente: la falta de acceso a la educación fuera de línea y el pequeño número de organizaciones verdaderamente de izquierda en Ucrania jugaron su papel: las y los jóvenes tenían sed de activismo.

El sindicato Acción Directa de las generaciones anteriores fue un sindicato anarco-sindicalista. ¿Cuáles son sus posiciones políticas hoy en día? ¿Cómo percibe la generación actual de estudiantes la política de izquierda?

Observamos la siguiente tendencia: desde el comienzo de la invasión a gran escala, muchas personas, incluidas jóvenes y estudiantes, han sentido la necesidad de involucrarse en la vida social y política del país. Esto puede explicarse de diferentes maneras, por ejemplo, por el hecho de que todos intentan encontrar su lugar en la resistencia al imperialismo ruso, ya sea a través del voluntariado, la organización de diversas formaciones o la participación directa en los combates.

Por supuesto, para muchos, la formación de una nueva identidad ucraniana es negativa: “no somos Rusia”. Si ésta es una estrategia productiva para construir una comunidad es otra cuestión, pero está claro que los jóvenes constituyen en gran medida su visión del mundo al oponer el autoritarismo ruso a la democracia, a la persecución de la comunidad homosexual, a la inclusión, y así sucesivamente. Como resultado, estamos viendo un aumento de las opiniones culturales de izquierda, (estas personas generalmente se califican a sí mismas como liberales, de acuerdo con la tradición estadounidense), también entre los estudiantes.

Por eso ahora estamos tratando de trabajar principalmente con este segmento de la población. No hay duda de que Acción Directa sigue demostrando hoy la necesidad de combinar las visiones políticas y sindicales para organizar un poderoso movimiento estudiantil. Las cuestiones que planteamos serían superficiales si no subrayamos que nuestras demandas estratégicas son ante todo políticas. Por ejemplo, una educación asequible y gratuita es una reivindicación de este sector específico: la educación, pero solo a través de una transformación profunda de todo el sistema social y político, tales demandas tendrán sentido.

Ante esto, el sindicato tiene dos polos que, en nuestra opinión, no son viables uno sin el otro: la amplia comunidad estudiantil, que está directamente relacionada con la experiencia del proceso educativo, sus deficiencias y defectos, y el núcleo militante, que aporta un programa político radical y universaliza los problemas específicos. Esta estructura implica que para unirse a Acción Directa, no es necesario tragarse volúmenes de Proudhon o Marx, basta con estar de acuerdo con los requisitos mínimos, a saber, la inadmabilidad de la discriminación por una serie de razones: identidad de género, raza, etc. En cuanto a la estructura militante, hoy incluye anarquistas, marxistas, socialdemócratas y partidarios de corrientes de pensamiento político más exóticas. En resumen, Acción Directa es hoy un sindicato estudiantil de izquierda en el sentido más amplio.

¿Qué organizaciones y tendencias políticas seguís, ya sean históricas o actuales? ¿Quiénes son vuestros aliados en Ucrania y en el extranjero?

Por un lado, intentamos experimentar con la estructura, inventar nuevas formas y nuevos principios de organización. Se trata de una forma de creatividad política que requiere una gran flexibilidad interna. Por ejemplo, para involucrar a las y los participantes menos activos y coordinar nuestro trabajo, hemos creado un órgano llamado la “Sede de Coordinación”, cuyos miembros son elegidos por sorteo (según las mejores tradiciones antiguas). Cuando nos encontramos con problemas en el funcionamiento de este órgano, nos reunimos para analizar las razones, pensar en cómo superar estas lagunas, etc. Hoy, en gran medida, la “Sede de Coordinación” funciona como lo habíamos previsto y muestra que formas tan “extrañas” y ultrademocráticas pueden funcionar, basta con experimentarlas y mejorarlas sobre la marcha.

Por otro lado, cuando no es necesario reinventar la rueda, nos volvemos a la experiencia histórica. El movimiento estudiantil tiene una historia a gran escala en contextos cronológicos y geográficos completamente diferentes. El estudio de este legado, con la conciencia de las diferencias con respecto a la situación actual, nos permite evitar repetir los mismos errores.

Así es como comenzamos a estudiar el movimiento sindical estudiantil en Quebec, una región donde todavía hoy es fuerte. Desde los acontecimientos de 1968, la provincia se ha dotado de una estructura de asociaciones estudiantiles que asegura la reconstrucción de las huelgas de enseñanza y de las asambleas generales de profesores y estudiantes. Nos inspiramos en la ASSÉ, la Asociación para la Solidaridad Sindical Estudiantil, que existió de 2001 a 2019 y que contaba con 34 asociaciones miembros para un total de 56.000 estudiantes, sin dejar de ser de izquierdas. Seguimos estudiando sus estrategias, tácticas y organización interna, buscando lo que puede adaptarse y funcionar en nuestro contexto. Por ejemplo, el concepto de “estudiar como trabajo” nos permite abordar una serie de problemas en la educación superior de una manera diferente, creando un espacio de solidaridad no solo con otros grupos y movimientos de estudiantes, sino también con iniciativas sindicales generales: enfermería, construcción y las lanzadas por las y los trabajadores de servicios (en las que los estudiantes a menudo trabajan a tiempo parcial debido a la debilidad de las becas).

Cabe señalar que mantenemos contactos amistosos con la organización polaca Koło Młodych, que forma parte del sindicato Inicjatywa Pracownicza, Polonia, donde nuestros activistas han asistido recientemente a una conferencia, compartido su experiencia y participado en la organización de formaciones. También mantenemos estrechos vínculos con la organización estudiantil francesa Solidaires-étudiantes. Es difícil sobreestimar el apoyo de ambas organizaciones.

En Ucrania la situación es algo diferente. La mayoría de las iniciativas estudiantiles ucranianas, como Estudiantes Ucranianos por la Libertad (USS) o la Liga de Estudiantes de Ucrania, tienen principios fundamentalmente diferentes a los nuestros. El USS es una organización libertaria que se centra principalmente en cuestiones políticas, dejando de lado las cuestiones sociales. A veces, sus fundamentos ideológicos producen, en nuestra opinión, posiciones abiertamente antiestudiantes: durante la reorganización de la NUBA de Kharkiv, durante la cual algunos miembros del personal perdieron sus puestos de trabajo y los estudiantes sus plazas financiadas por el Estado, la USS se negó a participar en la protesta, ya que consideraba oportuna esta “optimización”.

Sin embargo, nos complace cooperar con los consejos estudiantiles, organizaciones y otras formas de autonomía que actúan dentro de las universidades. Sus acciones son ciertamente limitadas, ya que están regidas por la administración de la universidad, pero los proyectos conjuntos y la comunicación constituyen una parte importante de nuestro trabajo. Es a través de asociaciones de estudiantes de diversas universidades donde no tenemos activistas como podemos informarnos sobre los problemas, la corrupción, etc. A veces estas asociaciones estudiantiles se muestran reacias a cooperar con nosotros, porque nos consideran sospechosos, pero en general a menudo conseguimos establecer una comunicación.

Tal vez ha sido su “generación” la que ha tenido las tareas más difíciles. ¿Cuáles son los temas tratados por Acción directa? ¿Cuáles son sus principales áreas de actividad hoy en día?

Nuestras tareas se pueden dividir en dos categorías: las relacionadas con la política educativa del Estado durante la guerra, y las más globales, como la promoción de las tendencias emancipadoras en la organización de la educación, la lucha contra la discriminación, el eco-activismo y la popularización de las ideas de izquierda entre los jóvenes.

Todos sabemos que durante la ley marcial hay una prohibición de salida para los hombres en edad de servir en el ejército. Esta prohibición se aplica a los estudiantes, ya sea que estudien en el extranjero o en Ucrania. Esta política estatal obstaculiza considerablemente el proceso educativo, ya que los estudiantes de instituciones educativas extranjeras no pueden ir a su lugar de estudio. En un entorno en el que las universidades locales están sistemáticamente subfinanciadas y el nivel de educación disminuye por la sobrecarga de trabajo, los estudiantes pierden la motivación y no reciben todos los conocimientos necesarios. Por lo tanto, en un futuro próximo nos enfrentaremos a una escasez de profesionales necesarios para apoyar a los sectores sociales y económicos de Ucrania y, esperamos, también a la reconstrucción exitosa de la posguerra. Es por eso que la solicitud de acceso a los estudios en el extranjero para los estudiantes masculinos es una de las principales demandas de nuestro sindicato.

En mayo de 2023 lanzamos la campaña Studak, que tiene como objetivo luchar por el derecho al permiso académico y a las garantías sociales en forma de inscripciones universitarias financiadas por el Estado y garantizadas por la legislación de antes de la guerra. La administración prometió a los estudiantes que después de una pausa legal, podrían volver a la educación gratuita, que es con lo que contaban. Sin embargo, en el otoño de 2022, el Ministerio de Educación y Ciencia publicó la resolución n.o 1224, que efectivamente eliminó todas las plazas financiadas por el Estado para estos estudiantes.

En primer lugar, nos comunicamos con las víctimas para evaluar la magnitud del problema. Con este objetivo, hemos enviado cientos de cartas a los consejos estudiantiles y a los rectores de las diferentes universidades del país, pero aún no hemos recibido una respuesta significativa (hemos recibido unas 5 respuestas). También hemos intentado contactar con fundaciones para que cubran los costes del contrato para los estudiantes particularmente afectados. En cualquier caso, no hemos encontrado apoyo entre las universidades y las agencias gubernamentales. Ahora estamos en una encrucijada: algunos de nosotros consideramos la acción directa como la última oportunidad para hacerse oír, mientras que otros están considerando ponerse en contacto con los medios de comunicación.

Hace unos días lanzamos una petición para convertir el edificio de la antigua embajada rusa en Kiev en un centro comunitario. En lugar de no ser utilizado o convertirse en un nuevo centro comercial, este espacio podría convertirse en un punto de encuentro donde los estudiantes puedan compartir sus conocimientos y experiencias. Esto facilitará la generación de nuevas ideas y el trabajo conjunto para ponerlas en práctica. Además, el centro comunitario apoyará a las personas que necesitan ayuda y refugio. Si la petición no recibe respuesta a gran escala, planeamos llevar a cabo varias campañas para llamar la atención sobre este proyecto.

Como muchas otras instituciones de la sociedad ucraniana, la educación debe ser reformada. ¿Cómo véis un futuro positivo para la educación ucraniana? En resumen, ¿cómo debe organizarse una universidad para que las y los jóvenes quieran estudiar en ella?

En nuestro sindicato hay visiones de largo alcance, estratégicas, ambiciosas e incluso utópicas. Hay varias, y aún no hemos formulado una posición única, aunque esperamos redactar un manifiesto que exponga los principios básicos a finales de año.

Por supuesto, estamos de acuerdo en que la educación debe ser accesible o incluso gratuita. Sobre esta base, los miembros de Acción Directa construyen diferentes modelos. Permíteme dar un ejemplo. Las universidades y el sistema de educación superior en general desempeñan un papel importante en la reproducción de la sociedad: los conocimientos en diferentes niveles de aplicación práctica que los estudiantes adquieren se utilizan en las empresas, la industria, la gestión, la política, etc. Los beneficios materiales y políticos que disfrutamos están profundamente arraigados en el sistema educativo. Por lo tanto, los estudiantes, al estudiar, escribir tesis, ensayos y producir ideas, realizan parte del trabajo necesario no sólo para el desarrollo de la sociedad, sino también para su reproducción. Desde este punto de vista, un estudiante actúa como un trabajador, lo que significa que la educación no solo debe ser accesible para él, sino que también debe ser pagada. La idea de un salario estudiantil no es nueva. En el apogeo del movimiento estudiantil en la década de 1970, tuvo muchos partidarios y constituyó una reivindicación concreta frente a las autoridades.

A esta visión estratégica se suma la cuestión de la autonomía fundamental y la democratización de las universidades. No creemos que los estudiantes sean “consumidores de educación”, actores de una red de compra y venta, en la que el conocimiento tiene una función totalmente utilitaria. El conocimiento que recibimos en las instituciones de educación superior no está preparado “para nosotros”, como pasteles, que luego compramos. Es flexible y se transforma constantemente durante el proceso de aprendizaje. Así es como la educación mejora y se adapta a las necesidades. Por lo tanto, las y los estudiantes son participantes de pleno derecho en este proceso y deben desempeñar un papel apropiado en la gestión de la institución. No se trata de caprichos, sino de mejorar la universidad, lo que es cada vez más urgente en el contexto de la reconstrucción de la posguerra.

Es necesario mostrar a los estudiantes que se han visto obligados a abandonar Ucrania que se están produciendo cambios en el sistema educativo superior, que habrá cambios positivos. Tales transformaciones no son fruto de la buena voluntad de un ministro o presidente, sino que requieren la lucha y la participación de los estudiantes. Desafortunadamente, hoy en día, los jóvenes no ven los problemas de aprendizaje como algo excepcional, sino más bien como un estado de cosas normal, “natural”. A menudo escuchamos cosas como: “¡No puede ser mejor! ». En esos momentos resuena el veredicto de Mark Fisher de que hemos olvidado cómo imaginar. Para hacer avanzar las cosas, tratamos de proponer diferentes visiones estratégicas de la educación ideal.

Además de las exigencias utópicas, entendemos que hay retos que afrontar aquí y ahora. Se trata de problemas bastante triviales, que son el punto de partida de un trabajo más importante: ausencia de programas de estudios en muchas disciplinas en las universidades, calendarios académicos mal elaborados, las cucarachas en las residencias estudiantiles y muchos más. Cada pequeña victoria vivifica la organización y la lleva a un nuevo nivel. Es para este tipo de trabajo de campo que actualmente estamos trabajando en la descentralización de la organización y el registro de ramas (secciones sindicales) en diferentes universidades. Es importante no solo centrarse en los problemas de la educación general ucraniana, sino también trabajar a pequeña escala.

¿Qué te gustaría desear a las y los estudiantes este 1 de septiembre?

Siempre hay que tener el poder de elegir. Elegir lo que se estudia, a quién se escucha, a dónde se va y con quién se comunica. A veces la situación es tal que es casi imposible tomar una decisión: miles de obstáculos te lo impiden. Por eso existimos como sindicato, como un espacio donde cada estudiante puede superar los obstáculos junto con las y los demás estudiantes y luchar por una educación decente. Por lo tanto, es importante no sucumbir a la normalización y la “medianización”. Que la educación te de los medios para pensar críticamente las relaciones sociales que te rodean, para superar la desigualdad, la injusticia y la arbitrariedad, y no para entrenarte en un sistema construido sobre la dominación y la sumisión.