Fred Fuentes Israel Dutra
En medio de la guerra en Ucrania, la milicia mercenaria ruso Wagner se declaró en estado de motín, iniciando al finales de junio un marcha desde sus trincheras en Ucrania hacia Moscú. Tomó dos ciudades clave — Rostov-on-Don y Voronezh — obligando al dictador ruso Vladimir Putin huir de la ciudad y al alcalde de la capital a cancelar todas actividades civiles y ordenar a los habitantes que se quedaran en casa.
Horas más tarde, un acuerdo fue alcanzado entre la cúpula del Wagner y el dictador bielorruso Aleksandr Lukashenko, garantizando amnistía para el dueño de Wagner, Yevgeni Prigozhin, y sus tropas — que ahora podrán reagruparse en Bielorrusia en vez de ser integrado a las fuerzas armadas ruso como venia proponiendo el ministerio de Defensa — y impidiendo a Putin a tomar represalias públicas. Aunque con esto se puso fin a la rebelión armada, las problemas para Putin solo empezaron.
Estos eventos han dando inicio a una nueva dinámica en la guerra: uno compuesto del agotamiento material de las fuerzas invasoras, una crisis en el frente interno ruso, y una señal visible para todos de que el régimen de Putin no es omnipotente.
Qué es el grupo Wagner
En una entrevista reciente sobre Wagner, el socialista ruso Ilya Matveev explicó: “Wagner es una compañía militar privada (PMC) que comparte algunas de las características exhibidas por las PMCs con sede en naciones desarrolladas… Sus actividades en África son bastante similares a las de las PMC británicas: una especie de combinación de capitalismo de aventura y operaciones encubiertas en beneficio de los intereses geopolíticos de Rusia. Y cuando comenzó la guerra en Ucrania y Rusia se enfrentó al mismo problema que Estados Unidos tuvo en Irak y Afganistán, donde recurrió a empresas militares privadas como Blackwater, Putin recurrió a Wagner para que le suministrara entre 40.000 y 50.000 soldados, casi un tercio de la fuerza que invadió Ucrania.”
Estas actividades de Prigozhin — un criminal convertido en oligarca y amigo estrecho de Putin — fueron financiado por el estado ruso via contratos ilegales, lo que convirtió a la relación peligrosas para todos desde el principio. Matveev nota “se trataba de una fuerza militar irregular que reclutaba convictos; estaba dirigida por un actor deshonesto especializado en provocaciones, asesinatos, todo tipo de cosas turbias; y que se financiaba mediante contratos corruptos del gobierno, a pesar de que estas actividades están prohibidas por la legislación rusa”.
Wagner jugo un papel clave en la batalla para Bakmhut, una victoria pírrica a costo de unos 20,000 tropas de Wagner de acuerdo a Prigozhin, y que termino generando una ruptura entre los mercenariosy el ministerio de Defensa ruso, culminando en una sublevación armada con olor de golpe de estado.
Solidaridad de izquierda frente el debilitamiento de Putin
La tendencia ahora es que la situación se vuelva más tensa, con un mayor debilitamiento de Putin. Estos hechos ha expuesto para que todos vean que, bajo el espejismo de un régimen unido, hay clanes y redes clientelares dispuestos a atacarse mutuamente cuando surja la oportunidad.
Como explico el izquierdista ruso Alexandr Zamyatin: “Putin ha quedado increíblemente debilitado. Desde los primeros días de su gobierno, hubo una determinación y una brutalidad muy importantes en el estilo político de Putin. [Con la rebelion del grupo Wagner] se expuso como un rey sin ropa. Aunque todo esto no sea más que una ilusión externa y todo permanezca internamente bajo su control, esta ilusión ha sido percibida por todos los observadores, lo que no puede sino representar un golpe a su poder.”
Esto no quiere decir que la salida a este crisis sea hacia la izquierda. Ambas fuerzas en esta confrontación representaron un mal extremo para el pueblo ruso. Tendremos que ver qué harán los trabajadores y la juventud, especialmente de las naciones oprimidas dentro la federación ruso, y si existe la posibilidad de movilizaciones, como en Georgia, para que el rasguño del régimen se convierte en gangrena. Clave en todo esto sera el desarrollo de la contraofensiva ucrania en curso.
Por esto la solidaridad de la izquierda internacionalista con la izquierda rusa y ucraniana se hace aun mas importante. En este sentido, la participación activa en iniciativas de solidaridad, como la Red Global de Solidaridad con Ucrania y las varias convoyes de ayuda obrera, así como el apoyo a los socialistas de Ucrania, Rusia y Europa del Este son estratégicas. De esta manera podamos asistir a los que luchan para construir otro camino para los pueblos ruso y ucraniano.