Derecho a la defensa

Author

L’Aurora (organización marxista)

Date
March 1, 2023

La comunidad ucraniana, la que tiene familias destruidas y muchas jóvenes y mujeres refugiadas fue en peso, criaturas incluidas, a la manifestación del 24-F (8.500 según la policía municipal). Al día siguiente, en la concentración de la Plaza San Jaime (2.000 según la misma policía), no había ninguna bandera ucraniana; con el agravio de una pancarta llevada por 200 activistas rusas contra la guerra, que llamaban “Putin terrorista”, fueron escarnecidas por un sector del pacifismo “antiotanista” comprensivo y relativizador hacia la invasión de Putin. La división y no ir junto a la comunidad ucraniana ha excluido a la masa pacifista catalana. Es necesario defender y hacer solidaridad activa con la Ucrania agredida. Resulta hipócrita e inaceptable que, desde el pacifismo, se promueva la capitulación o la rendición o la partición de Ucrania. Es necesaria una óptica y una estrategia trabajadora, revolucionaria e internacionalista, diferente e independiente de los Estados y bloques militaristas imperialistas.

“Europa unida. Ucrania es Europa. Que no nos maten. Libertad. Paz. Nos están matando. Retirada de las tropas rusas”. Fueron los gritos mayoritarios en la manifestación del aniversario de la invasión, el viernes 24, y “Rusos contra la guerra”, gritos de “Putin terrorista”. L’Aurora desplegó la pancarta: “Paz y Solidaridad. Ni un euro por la OTAN. Retirada de las tropas rusas”, que fue respetada y bien acogida.

Un año de guerra, un alud de refugiadas y desplazadas, cientos de miles de muertos civiles y de soldados, destrucción de ciudades e infraestructuras básicas para la población civil, bajón del nivel de vida de la gente trabajadora en todo el continente, conllevan una preocupación generalizada y sana por finalizar este estallido de barbarie. Existe una angustia existencial que clama por el alto el fuego, el armisticio, finalizar la guerra y establecer la paz. Hay consideraciones de todo tipo sobre que la guerra la ha promovido la OTAN, que la guerra está entre EEUU y Rusia a través de Ucrania por delegación, que Rusia se defiende, que Ucrania es “nazi”. Una notable pacifista catalana dice en la revista Crític: "Los medios de comunicación también han hecho un papel muy relevante de manipulación, diciendo que era una guerra defensiva y que debemos apoyar al débil". En la Asamblea Nacional de EUiA, donde se rechazó una enmienda por la “(solidaridad con el pueblo) el kurdo, y ahora el ucraniano, entre otros”.

¿Cómo puede digerir estas posiciones una sociedad civil que se convirtió hace diez años en una masividad pacifista puntera mundial contra la guerra de Irak? ¿Desde cuándo Ucrania no se defiende y no debemos apoyar al débil? ¿Dónde queda la solidaridad fundamental? ¿Dónde queda el pacifismo? ¿Dónde queda la soberanía y la libre determinación?

Como dice Hibai Arbide Aza también en Crític, “quien ha agredido y violentado y destruido en Ucrania es Putin y el ejército de la Federación de Rusia”. Sigue “¿se está pidiendo la paz o la rendición de Ucrania?... “El envío de armas... es consecuencia de la agresión armada de Putin y, si estas armas prolongan la guerra, con los innegables peligros añadidos, es porque, mientras Rusia no retire sus tropas y se disponga a negociar... La prolongación de la guerra es la única manera de defender la soberanía de Ucrania, así como de obligar a Rusia a sentarse a una mesa de diálogo... Pero esta paz deberá llenarla de contenido. ¿Qué promueven... pacifistas... y cómo piensan hacer realidad sus propuestas? ¿Paz a cambio de territorios? ¿Paz con rendición ucraniana? ¿Paz con concesiones recíprocas? ¿De qué tipo? ¿Paz con un nuevo acuerdo multilateral de seguridad europea?”.

Vicens Fisas también afronta con muchas cautelas la evolución por unas condiciones que permitan la paz, mientras muestra decepción y algunos puntos interesantes de la propuesta chinas. El periodista argentino Pablo Stefanoni aporta un contundente decálogo que finaliza en “10. El "pacifismo" actual es 100% Putincomprensivo: le reclama paz a todo el mundo menos a Rusia, el país invasor”. Alfons Bech (sindicalista, de la Red europea de Solidaridad con Ucrania) se pregunta en Nación-digital: “¿Qué deberían hacer los ucranianos, dejarse invadir? ¿Aceptar un gobierno títere? ¿Aceptar que no tienen derecho a existir como estado soberano ni como cultura propia? "Desucrainizarse", ¿cómo dicen ideólogos al servicio de Putin?”.

Reconforta posicionamientos como el de “Libertad a gran escala para Ucrania: declaración de activistas antibelicistas rusos y sus aliados en el aniversario de la invasión a gran escala de Ucrania”... “Hace un año, las tropas rusas invadieron Ucrania y empezaron a bombardear ciudades pacíficas. Antes, hace casi 9 años, Rusia desató una guerra en el Donbass y se anexionó Crimea. Decenas de miles de niños y adultos ya se han convertido en víctimas de esta carnicería. Millones de personas abandonaron sus hogares y, bajo bombardeos, huyeron hacia lo desconocido. Las tropas rusas están bombardeando ciudades y destruyendo hospitales, escuelas, museos y centrales eléctricas ucranianas. No hay justificación ni perdón por esos crímenes de guerra”. Y finalizan “Nos dirigimos a los ucranianos: Lloramos y nos sentimos juntos con vosotros, estamos a su lado y estamos haciendo todo lo posible para luchar contra nuestro enemigo común; admiramos su compromiso inequívoco con la libertad, su fortaleza y su coraje. ¡Creemos en su victoria y haremos todo lo posible para llevar la paz a su tierra lo antes posible!”

La propuesta de China, tímida, general y poco comprometida, representa cierto toque de atención a la dirección y entramado militarista ruso, sin caer en la neutralidad total ni en alabar la depredación estadounidense. China no quiere un mundo unipolar bajo la égida y dominio de los grandes trust de EEUU/OTAN, se encamina a fomentar su propio imperialismo que hace causa con el de Rusia en la concepción de un mundo multipolar. Sin embargo, la guerra de Rusia contra Ucrania, de momento, está fortaleciendo la OTAN y la estrategia militarista estadounidense. Por eso, sin frenar en seco a Putin, la alerta de que es contraproducente no respetar las fronteras de Ucrania reconocidas internacionalmente, argumenta que no deben destruirse ciudades y pueblos y civiles, tampoco las infraestructuras energéticas, también se muestra contraria a las sanciones a los suministros (gas, petróleo) rusos.

El derecho a defenderse, a resistir, a luchar, es el derecho a la soberanía, la existencia y la libertad. El derecho a conseguir unas condiciones de paz que no sea la de los cementerios, la de la vejación y expolio de un pueblo sobre el otro. Para contribuir a las condiciones de paz, es vital establecer empatía y solidaridad activa con la comunidad ucraniana agredida militarmente. Por parte de todos, toda entidad y organización, cada una con su posición y al que considere mejor, haga solidaridad activa, práctica y útil. Una paz libre en Ucrania debe abrir la perspectiva de una Europa unida, soberana y libre, con derecho a autodeterminación, desde los Urales al Atlántico, donde no cabe ninguna OTAN. L’Aurora forma parte y apoyamos la Red de solidaridad con Ucrania.